sábado, 30 de abril de 2011

MI VIDA COMO PUBLICISTA

Durante mis años como estudiante de periodismo en más de alguna ocasión me pidieron de alguna agencia que aportar con mis habilidades de ilustrador y creativo. Fue mi compañero, el poeta Manuel Silva, quien me llevó a trabajar como free lancer a un agencia que se llamaba Tecnikalias (1966). Tenían la cuenta de la cadena de supermercados Almac, y recuerdo que entre otros trabajos desarrollé un kiosko para vender flores a la entrada de los locales. Me quedó bien, me gustó el trabajo, pero las tensiones diarias entre los socios finalmente me decidieron a arrancarme y nunca más volver a la publicidad.


Al egresar de la escuela de periodismo de la U. de Chile hice mi práctica profesional en el Diario Ilustrado,y luego me llamaron de El Mercurio, porque me había especializado en periodismo científico. Se había fundado la Revista del Domingo y me pasaron los artículos de parapsicología. En esos momentos yo era Secretario Internacional de la Unión de Federaciones Universitarias de Chile (UFUCH) y partí en representación de los periodistas universitarios a un congreso en Alemania Oriental (febrero de 1967). Al regresar me echaron del Mercurio por "comunista".
Fue un compañero de escuela, Wladimir Aguilera, quien me entusiasmó entonces para entrar  en el área de relaciones públicas del Servicio de Cooperación Técnica de la CORFO. Fue también el tiempo en que se fundaba Televisión Nacional de Chile y me integraba como uno de los primeros libretistas del canal. Me casé con Tita Colodro y cual karma que me perseguiría por años, al regresar de la luna de miel me habían echado de Televisión Nacional y de la CORFO... "por comunista".
Cesante, me dieron el dato de ir a McCann Erickson, donde trabajaba Alberto Isarel, amigo de mi cuñado Salvador Colodro. Recuerdo que fui a ver al director de arte Luis Hernández, quien luego de revisar mis ilustraciones me dijo: "No, no... usted no sirve para esto". Volví al día siguiente, me presenté ante el jefe de redacción, Mario Gómez, y después de hacerme una prueba, me dejó trabajando.
Así comencé mi vida profesional en el mundo de la publicidad.
Fui redactor, luego director de arte y finalmente director creativo.
Era creativo de McCann para las elecciones de 1970. Al ganar Allende las elecciones presidenciales, el gerente Juan Lehuedé anunció que cerraba la agencia. Yo formaba parte del silencioso sindicato de trabajadores de publicidad, con otros integrantes de McCann y J. W. Thompson. Seguí trabajando en la agencia, pero en esos días nacían mis trillizos, por lo que tuve que sumar más pegas integrándome nuevamente a Televisión Nacional de Chile y vendiendo anticuchos en la Peña de los Parra. Asumía paralelamente la dirección de una productora musical, hasta que vino el golpe militar de 1973.
Nuevamente cesante, con las puertas cerradas en todos lados, regresé humildemente en un puesto menor en la misma agencia, para luego pasar a ser redactor, director de arte y director creativo el mismo año (1974). En esa época incluí dentro de mis proveedores a amigos míos como Jaime de Aguirre (Filmocentro), Daniel Lencina, Silvio Caiozzi y otros para la producción musical y filmaciones. 
En esos años la agencia, que había cambiado el nombre de McCann por C.C.C. Consultores de Comunicación Creativa, crecía fuertemente. Recuerdo campañas como Nivea, Trial, el tigre de la Esso, y Old England Toffee de Ambrosoli. Alcanzamos el primer lugar en el ranking, pero como siempre me ocurre, el 24 de diciembre de 1976 me echaron... "por comunista".
Un año de free lancer en la pequeña agencia AD de mi amigo Juan Carlos Rojas, hasta que a fines de 1977 me llamaban de J. Walter Thompson y en marzo de 1978, me integraba como redactor en el grupo de Otto Salazar. Había propuesto a Televisión Nacional la producción de un programa dedicado al bicentenario del nacimiento de O'Higgins, y el proyecto se aprobaba. Mario Azócar, gerente de JWT, me autorizó a viajar, y luego del regreso (temiendo que me hubiera echado), me recibió con una sonrisa y me dijo que después le contara de mi viaje. ¡Qué gran ejemplo para mí!.
Poco después asumía como director creativo, armando mi propio grupo junto a Emilio Martin, Claudio Zaldívar, Carlos Olivarez, y varios más.
Fue la época de mis campañas para Nestlé, Lever, CCU y otras grandes marcas. Pero la campaña que me marcó fue Pepsi. Algo hizo que esa marca adquiriera una relación vital conmigo. Quizás por el hecho de ser "segunda marca" en la categoría, o porque la imaginaba enfrentando una guerra diaria y mundial contra el gigante de las gaseosas, pero lo concreto es que le entregué todas mis energías. Y entre otras campañas exitosas y gratificantes, nació "el Desafío Pepsi", con Katherine Salosny y todo lo que ya sabemos. Poco después era llamado por JWT Nueva York para integrar el equipo internacional encargado de las nuevas campañas Pespi.
Estuve en congresos de creatividad en Holanda, Brasil y Argentina y trabajé en JWT de Londres, Buenos Aires, Lima y Nueva York.
Pero las cosas no andaban bien con el gerente John Holmes y en 1985 me convertía en Director Creativo de Promoplan.
Allí, mis recuerdos se mezclan con las campañas para CCU: cerveza Cristal, Malta Morenita, Lefersa y otras; Nissan (aún se usa la frase que les inventé: Marubeni es Nissan en Chile), y especialmente Cachantún. 
La campaña junto a Silvana Suárez está entre mis mejores recuerdos.
En 1967 me independizaba formando mi propia agencia con un personaje recomendado por McCann, el experto en marketing de nacionalidad boliviana Alfredo Méndez. Mis antiguos clientes se iban a mi nueva agencia, pero el proyecto derivó en un caos. Liberados de Méndez en la noche del 4 de octubre de 1988 (un día antes del plebiscito),  continué con mi gente durante un tiempo. Nunca he sido administrador eficiente, y cada proyecto de este tipo ha terminado en el más rotundo fracaso.
Volví a la televisión como el Hombre del Tiempo y en el Buenos Días a Todos, mientras intentaba mantener a flote ahora a "Márquez y Asociados".
Como no me alcanzaba para vivir, volvía a Promoplan por un tiempo, hast que me dediqué plenamente a la docencia. Había partido en 1976 en la escuela de publicidad de la Universidad de Santiago y me había mantenido haciendo clases permanentemente en esa universidad que después fue la Escuela de Publicidad de Mónica Herrera, un semestre en el Uniacc, y más años en el Pacífico y Las Américas.
En televisión hacía un programa de contingencia política en La Red  (El Último Round), leía las noticias a la una de la tarde y me integraba a un programa magazinesco a las dos.
Poco después me llamaba Alejandro Guillén para ofrecerme el cargo de Director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales.
Fueron cinco años en que la  colocamos en los primeros lugares, pero al quinto año, no queriendo seguir, volví a hacer clases en Las Américas y la Santiago, hasta que en diciembre del 2006 me llamaba Bernardo de la Maza, recién designado decano de la Universidad Central, para asumir como director de la nueva Escuela de Publicidad.
Y ahí estamos desde marzo del 2007 hasta el momento.

4 comentarios:

  1. Me falta alguna foto de la época que trabajamos juntos en JWT ¡Cómo nos divertíamos! Un abrazo.

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  2. Buena Historia Antonio. Esta carrera de publicidad es de subir y bajar como la espuma. Un abrazo.

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  3. simplemente... eres el mejor!!! un orgullo en conocerte y aprender de ti!! un beso grande! Pri

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  4. Toño Marquez un gran maestro y amigo. Trabajamos juntos (y con Alberto su hermano), la Revista 1810 del cuerpo de bomberos de Santiago. Una pena tu ausencia. Claudio Zaldivar

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