¿Desde cuándo las casas tienen número?
El primer intento fue dispuesto por Tomás Alvarez de Acevedo, en 1780. Mandó clavar unas tablas que debían indicar el nombre de las calles y además, ordenó colocar número a las casas. Esto generó un motín de proporciones, ya que los vecinos pensaron que se trataba de un diabólico intento de fijar contribuciones.
Pasó el tiempo y en 1802, a solo ocho años de la Primera Junta de Gobierno de 1810, se ordenó nuevamente numerar las casas en las calles de la capital. Los vecinos fueron obligados entonces a colocar un número en la puerta de sus hogares y a la vez, a colocar velas sobre dicha puerta para iluminar las calles.
Habrá que esperar hasta 1843 cuando don José Miguel de la Barra dispone nuevamente la misma ordenanza. Y lentamente comenzó la gente a acostumbrarse a numerar sus casas.
La modernidad comenzaba a llegar a la ciudad.
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