He esperado tres días para saber si el milagro se producía, pero ya perdidas las esperanzas, solo quiero recordarte como el divertido compañero en el matinal de Chilevisión, cuando hacías los pases comerciales y yo me sentaba en el escenario con Tati Penna y Juan La Rivera. Y después, cuando nos fuimos como equipo al Buenos Días a Todos. Eran los comienzos de los años 90, cuando además el destino me convertía en El Hombre del Tiempo.
Han pasado de eso veinte años.
Gracias por ese tiempo compartido, por tu permanente amabilidad y muestras de cariño hacia mí.
Un abrazo a la distancia.
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