viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Otro fin del mundo?


Hace 1012 años atrás, el mundo cristiano caía de rodillas gimiendo de terror. Se había anunciado el fin del mundo para esa noche del 31 de diciembre del año 999.
Interpretando las antiguas leyendas mayas, el mundo espera ansioso un nuevo fin del mundo el 21 de diciembre de 2012. Como no podemos asegurar nada de lo que pueda pasar este nuevo año, al menos sí podemos imaginar lo que pasó el día que terminaba el primer milenio a partir de los testimonios de aquella época.

El año 999 la cultura era un bien precario, y solo los monjes encerrados en sus conventos llevaban en sus escritos lo que había pasado antes y lo que estaba ocurriendo entonces. Sin embargo, como una ola de pánico, comenzó a correrse la voz: ¡el mundo viviría 1.000 años pero no 2.000! Ese año 999, el fanatismo apocalíptico recorre campos y ciudades, congelando el corazón de los humanos. Largas columnas de penitentes se dirigen hacia Jerusalén, mientras se azotan las espaldas. Caballeros de cotas de mallas, comerciantes, mujeres y niños, vagabundos y grandes señores, se van uniendo a la marcha hacia la Tierra Santa, mientras claman a los cielos por el perdón.

Se acerca diciembre y la histeria hace presa de miles y miles de arrepentidos. Los templos se van atestando de angustiados feligreses, que repletan las naves de las iglesias y llenan las embarradas calles aledañas. Es el fin del mundo, y nadie cobra, nadie reclama, la gente se abraza en las calles y piden llorando el perdón del otro. Es un dolor que traspasa las almas, mientras gimen hacia el cielo buscando una respuesta.

En la basílica de San Pedro, en Roma, corazón del cristianismo, el papa Silvestre II encabeza la celebración litúrgica. Era cerca de la medianoche del 31 de diciembre del año 999, el último del milenio, y los cuerpos suplicantes se aplastan contra el suelo rezando.

El momento es de una solemnidad aterradora. El papa camina frente al altar en medio  de un silencio sepulcral, envuelto en un coro de gemidos apagados, esperando, esperando. Faltan pocos minutos para las doce de la noche. En lo alto del coro, jóvenes y mayores esperan con las gargantas secas el fin del mundo.

Comienzan a sonar las campanadas, una a una, avisando el fin del año. Noveno toque,  décimo toque… las manos se entrecruzan, los brazos envuelven a los seres más queridos… undécimo toque… algunos feligreses mueren de miedo sobre las frías lozas del piso. Ya no queda tiempo, terror silencioso, apretones más fuertes, miradas que se alzan al cielo…y la gran campana da el último toque. Todos cierran instintivamente los ojos.
Pasan los segundos, el silencio es sepulcral, el papa alza los brazos al cielo y los penitentes comienzan a sonreír. El coro inicia su débil canto, enhebrándose las voces en un  Te Deum laudamus, a Ti Dios Te alabamos… Una voz se une al coro, y otras, mientras observan con temor los cuerpos de los que han muerto por el terror. Las campanas de las otras iglesias romanas comienzan a repicar, los humanos se alzan con los músculos endurecidos por el miedo, se abrazan, cantan con júbilo. ¡El apocalipsis ha terminado! ¡El mundo vivirá dos mil años!
La noche del 31 de diciembre del año 1999, el miedo al fin de la Era fue menor. Ahora, los profetas de la muerte nos señalan que el 21 de diciembre de 2012 se acaba el mundo.

Según la teoría del Big Bang, aún le quedan 4.500 millones de años de existencia a nuestro minúsculo sistema solar. No creo que alcancemos a ver ese último día, pero lo que si podemos asegurar es que el 22 de diciembre de este año que comienza nos saludaremos como todos los días, pagaremos nuestras cuentas como todos los días y les daremos un beso de amor a nuestros hijos y a los que más queremos.
Feliz año nuevo.

3 comentarios:

  1. Mi apreciado amigo Antonio, excelente crónica, como todas a los que nos tienes acostumbrado. Igual una pequeña reflexión, nuestra cultura en muchos casos sigue siendo precaria. Le damos tanta cobertura al fin de los tiempos cuando deberíamos con mucha intensidad a hacernos cargo de construir un presente con más solidaridad y amor. Un fuerte abrazo y felicidades para el nuevo año.
    Gabriel

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  2. Hola Antonio he leído con mucha atención tu blog y es exquisita tu forma de escribir te felicito saludos desde La Serena , Chile Maria Antonieta

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  3. Genial!
    Cada cierta cantidad de años dan por terminado el mundo, y como el tango "...el mundo sigue andando"
    Y justo demonizan a diciembre 21!
    Gracias por este blog tan interesante, ameno y bien escrito!

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