miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Tornero o Barros Arana?

En un momento de inspiración histórica visité hoy el Museo de la Casa Colorada, el Museo Histórico Nacional y el futuro Museo del Cuerpo de Bomberos de Santiago.
De la Casa Colorada, que alberga la colección del Museo de Historia de Santiago, poco pude ver porque se encuentra cerrado desde el terremoto del 2010 (según me lo informaron en el mismo lugar) y las maquetas que hicimos hace algunos años se encontrarían bien envueltas y en bodega.
La calle exterior se encuentra absolutamente cerrada por la famosa historia de los nuevos adoquines que hoy comienzan a tapizar todo el centro histórico de nuestra capital. Para entrar al Museo, luego de innumerables vueltas en torno a la manzana, salté uno de esos plásticos rellenos de arena que usan como muros en las construcciones, y logré entrar, encontrándome con la ingrata sorpresa ya relatada más arriba.
Crucé por las veredas de la Plaza de Armas, porque ella misma está cerrada con murallas que impiden observar sus pastos, árboles y cementos, y entré al vetusto edificio de la decimonónica Real Audiencia, desde hace un tiempo convertida en el Museo Histórico Nacional. Para aquellos que conocieron el Museo Histórico Nacional (actual Archivo Nacional) en la década de los sesenta  y setenta, muchas de las piezas ahí guardadas (recuerdo las lanzas de la caballería chilena en la batalla de Yungay, los estandartes de todos los regimientos chilenos en la Guerra del Pacífico y de algunas banderas peruanas capturadas, y tantas otras piezas de incalculable valor como petos franceses de caballería usados por los Colorados de Daza, ahora ya no existen.
El Museo Histórico Nacional es bello, amplio, bien iluminado y diseñado en su interior, y (para variar) con varias salas cerradas al público.
Recaredo Santos Tornero
Los turistas deben pensar que hemos estado en guerra últimamente. 
Diego Barros Arana
Lo que no puedo dejar de mencionar es un detalle de la sala dedicada a la república y donde luce el retrato del gran Benjamín Vicuña Mackenna y sobre él, el retrato de ese otro gran historiador que fue don Diego Barros Arana. Me acerqué a la plaquita donde aparece el nombre del personaje y el pintor y ¡oh, sorpresa!
Decía que el personaje era don Recaredo Santos Tornero, el famoso editor español.  Dejé nota  por escrito en una boleta que andaba trayendo, que me ha servido para escribir esta nota que ahora presento a ustedes.
Como me asiste la más absoluta seguridad que el personaje en cuestión es don Diego Barros Arana y no don Recaredo Santos Tornero, adjunto ambos retratos.



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