viernes, 14 de febrero de 2014

El dogma de la Inmaculada Concepción de María



El 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX promulgó el dogma de la Inmaculada Concepción de María  en su epístola apostólica Ineffabilis Deus. En este documento, el papa que había asumido hacía 8 años el pontificado de su predecesor Gregorio XVI (16 de junio de 1846) establecía el dogma de la Inmaculada Concepción, es decir, que la Virgen María había sido engendrada sin pecado por sus padres.

John Duns Scotto
Este dogma rompía con el pensamiento establecido por san Bernardo de Claraval, quien había rechazado el deseo de los canónigos franceses de Lyon (siglo XII) de celebrar mediante una fiesta religiosa la llamada Inmaculada Concepción de la Virgen. Claraval sostenía entonces que habría que aplicar igual principio a los padres de la Virgen y a sus antepasados sucesivamente, y les recomendaba mejor celebrar solo el nacimiento de la Virgen María, tesis apoyada posteriormente por Pedro Lombardo, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino. Uno de los pocos antecedentes que apoyaban la idea de los canónigos lioneses lo aportó Duns Scotto, un sacerdote nacido un siglo después en Duns, Escocia (1625), y quien plantea la tesis que María había sido preservada contra el pecado original en el momento mismo de su concepción.
Papa Pio IX

Será a partir de estas ideas que Pío IX dará vida a su dogma de la Inmaculada Concepción de María, que será proclamado urbi et orbi el 8 de diciembre de 1854. En Chile se va a celebrar año a año durante un mes completo, lo que conocemos como el Mes de María, entre el 8 de noviembre y el 8 de diciembre. Desde su aplicación en Chile, cada año, el padre Ugarte a cargo de la celebración en el Templo de la Compañía, hacía las invitaciones a la sociedad. Solo en 1863 en la invitación escribe: "Invito a usted a la última celebración del Mes de la Inmaculada Concepción..."
Mensaje premonitorio en un Santiago de Chile dividido entre clericales y anticlericales, y que el día de la celebración terminaría en la mayor tragedia de nuestra Historia, al morir en medio de un horroroso incendio sobre dos mil personas en el mismo lugar: el Templo de la Compañía de Jesús, que fue prontamente demolido hasta sus cimientos.

Queríamos entregar estos antecedentes para aportar al conocimiento de los días en que se fundó el Cuerpo de Bomberos de Santiago.

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