sábado, 31 de enero de 2015

Eureka!


Arquímedes de Siracusa

Decimos Eureka! cuando hacemos un gran descubrimiento. Y aunque no sabemos lo que significa, la palabra se asocia de inmediato a eso. Es uno de los gritos históricos más famosos y aunque leemos eureka debemos pronunciarlo con H y en griego significa "lo he descubierto".

El famoso grito lo lanzó el matemático Arquímedes de Siracusa cuando descubrió los principios fundamentales de la hidrostática. O si quiere decirlo fácil, descubrió que un cuerpo sumergido dentro de un depósito con agua desplazaba idéntico volumen de agua que el cuerpo sumergido.

Cuenta la leyenda que Arquímedes era pariente del rey Hierón II de Siracusa (en la actual Sicilia, Italia), quien había mandado a fabricar una corona triunfal de oro. Y el desconfiado rey quería saber si el orfebre lo había estafado, mezclando oro con plata. Y le pidió a Arquímedes que le resolviera el problema.
Grabado del s. XVI con Arquímedes en la bañera
Arquímedes no podía fundirla para conocer la masa y volumen, y a partir de ahí, su densidad. Y buscó soluciones, pensó cómo resolver el problema y, cansado, decidió darse un baño de tina. Al entrar en la tina rebosante de agua su cuerpo desplazó gran cantidad del agua fuera de la tina. Pensó un momento... y de pronto se sintió invadido por una alegría incontrolable, y salió de la tina, desnudo, corriendo por las calles mientras gritaba "¡Eureka! ¡Eureka!", "lo he descubierto".
Volvió a su casa para probar el experimento. Si sumergía la corona tendría igual resultado.
Tomó una barra de oro que pesara lo mismo que la corona y midió el desplazamiento de agua. Luego tomó la corona y la sumergió. Si desplazaba menor densidad que la barra, era porque la corona tenía metales menos pesados que el oro. y así pudo saber que pesaba lo mismo que la barra de oro puro y el rey pudo ser feliz y seguir confiando en el artesano.


El tornillo de Arquímedes
Ahora bien, no existen antecedentes sobre la veracidad de esta historia, pero Arquímedes describe este principio en su tratado sobre los cuerpos flotantes. Sí debemos recordar que fue un gran matemático, astrónomo e ingeniero, que había nacido hacia el año 287 a.C. y murió el 212 a.C., que inventó un barco capaz de transportar 600 personas, y su famoso tornillo que permite elevar agua a a través de un cilindro con un tornillo en su interior y que aún se usa.

¿Cómo murió? Como solo debe morir un despistado como él. Siracusa estaba en guerra con la república romana, en medio de la llamada Segunda Guerra Púnica. La ciudad de Siracusa estaba asediada por el ejército romano desde hacía ya dos años y finalmente lograron entrar en la ciudad. El general romano Marcelo dio orden de no matar a Arquímedes porque lo consideraba un gran sabio.
La muerte de Arquímedes.
 Al entrar en casa de Arquímedes, un soldado que no lo conocía solo vio a un viejo sentado frente a unos dibujos que mostraban círculos. El soldado le ordenó salir de inmediato y Arquímedes sin siquiera mirarlo le dijo: "no molestes mis círculos". Furioso por la respuesta, el soldado lo mató con su espada.

El sabio tenía 65 años.

jueves, 29 de enero de 2015

Cuando casi fuimos colonia británica.



General Robert Craufurd
Pocos conocemos la historia de sir Robert Craufurd, un oficial escocés del ejército del general  Wellington durante las campañas contra Napoleón Bonaparte. Para presentarlo diremos que nació en la  localidad escocesa de Ayrshire,  el 5 de mayo de 1764 y su carrera militar lo llevó desde la India a Holanda, España y Buenos Aires, Había estado en las guerras contra los revolucionarios franceses y más tarde contra el Imperio de Napoleón al mando de una brigada y participando en todas las acciones militares para liberar a los españoles sometidos por Francia.

Cuentan que Craufurd era un general difícil, de temperamento violento conocido como Black Bob por sus soldados, que sin embargo lo adoraban. El 13 de septiembre de 1806 el primer ministro británico William Grenville recibe una alegre nota del brigadier general William Carr Beresford, anunciándole la ocupación de Buenos Aires el día 27 de junio recién pasado. Recordemos que esta invasión obedecía al plan trazado por Francisco de Miranda para abolir la monarquía española en América, estrategia llevada por el propio Precursor en Venezuela ese mismo año.
Popham

Esta buena noticia se sumaba a los éxitos logrados hacía muy poco tiempo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que de posesión holandesa pasaba a manos de los ingleses, facilitando así el dominio del Atlántico Sur. Y desde allí había salido la flota del comodoro Home Riggs Popham llevando las tropas inglesas a Argentina. Era la oportunidad de dar un golpe definitivo al imperio español. Y en octubre salía una segunda escuadra hacia Buenos Aires, esta vez desde Inglaterra, pero con una increíble estrategia destinada a conquistar Chile, México y las Filipinas.

Fue el Ministro de Guerra y Colonias, William Windham quien llama a nuestro ya conocido Robert Craufurd, entregándole una fuerza de 4.000 soldados en una flota al mando del almirante John Murray. Objetivo: apoderarse de Valparaíso y otros puertos y convertir a Chile en un dominio estratégico en Sudamérica. El punto de partida sería la recién adquirida Ciudad del Cabo. El proyecto era increíble: Craufurd debería someter a Chile y establecer "una comunicación ininterrumpida" con el general Beresford en Buenos Aires, "usando una cadena de postas o cualquier otro medio adecuado entre Valparaíso y Buenos Aires. como señalaban las instrucciones del Ministro Windham al general Craufurd.

Finalmente la expedición del general escocés llegó al punto de encuentro en Ciudad del Cabo el 20 de marzo de 1807. Allí lo esperaba el almirante Murray pero con malas noticias. Beresford había sido derrotado en Buenos Aires en el mes de diciembre del año anterior, y los nuevos planes indicaban que la flota y sus tropas debían dirigirse de inmediato a Buenos Aires a reconquistar la ciudad.
Pero el combate fue una derrota para Craufurd, quien debió rendirse a los generales criollos.

Canjeado como prisionero de guerra, nuestro personaje regresa a Inglaterra donde sin pérdida de tiempo es enviado una vez más a los campos de batalla españoles para enfrentar a Napoleón. Una vez más, el general Craufurd asumía el mando de su famosa brigada ligera, una unidad de infantería de élite, en la que había conquistado renombre de valiente y temerario.
Craufurd al mando de su brigada ligera

Durante el asalto a Ciudad Rodrigo el general Craufurd es herido de gravedad, falleciendo cinco días después el 23 de enero de 1812. Tenía 47 años.
Así termino la existencia del brigadier general que pudo haber convertido a Chile en una colonia británica en 1807.
Valía la pena recordarlo.